viernes, 23 de enero de 2009

ONUBENSES EN EL EXILIO: más allá de la Punta del Sebo


Cal y Arena
Siempre que vuelvo a Huelva me gusta acercarme un rato a la playa, sea invierno o verano, aunque disponga de poco tiempo.
Siento predilección por la playa del Espigón, me encanta conducir hasta ella. Ver las extensas salinas, el muelle del tinto, las marismas, cruzar el puente del burro lentamente con el coche y ver a un lado Huelva y al otro Punta Umbría.
Sorprende ver lo cerca que están la una de la otra desde lo alto del puente.
Al ir llegando al espigón el maravilloso paisaje que tengo a ambos lados de la carretera cambia drásticamente. Un fuerte olor a azufre, u a otro compuesto me anuncia la llegada de las fábricas. El paisaje se vuelve bipolar. A un lado marismas y aves, dunas y agua. Al otro chimeneas. Es sorprendente lo cerca que están cielo e infierno en esta tierra.
Una de cal y otra de arena, así es esta tierra, la aprecias y la detestas, te enorgulleces de ella pero la dejas morir poco a poco.
Kanijo

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