domingo, 28 de diciembre de 2008

SOBRE LA APATÍA EN HUELVA


Un viernes o sábado cualquiera en Huelva. Llega la noche y el consabido momento de decidir donde ir a tomar un respiro tras una larga semana dando el callo en el trabajo. En ciudades de proporciones similares a la nuestra esta decisión se convierte en un verdadero dilema debido a la enorme cantidad de propuestas que en una sola noche pueden coincidir.
Al ser tan feroz la competencia entre aquellos que tratan de atraer para sí el mayor número de visitantes, estos no tienen más remedio que estrujarse el cerebro para dar con una nueva fórmula que conquiste al público y así llevarse el gato al agua. Se suceden entonces las más inverosímiles recetas; exposiciones de arte en lugares en principio no destinados a estos fines, música en directo mientras se disfruta de cocina innovadora, espectáculos que aúnan diferentes corrientes artísticas....amén de una enorme variedad de locales, garitos y clubes divididos por su inclinación musical o su ambiente en las que pasar el rato mientras que nuestros sentidos son seducidos.
En nuestra ciudad la oferta se reduce en la mayoría de los casos a una barra, un camarero/a que habitualmente trabaja como un autómata sin preocuparse del parecer de quien está al otro lado y un aparato que emite sonidos que podrían (alcohol mediante) confundirse con la música.
Los empresarios que realmente se preocupan por innovar y ofrecer alternativas se pueden contar con los dedos de una mano. Se da entonces una situación de lo más preocupante, y es que pareciera que esas personas con inquietudes han tirado la toalla, ya no esperan que se obre el milagro y deciden abandonar la ciudad para buscar fuera lo que en casa no hallan.
Es ese sector de la sociedad que llega a la treintena y empieza a preocuparse de llenar su tiempo con actividades que realmente merezcan la pena el que parece haber dado la espalda a la ciudad; se producen verdaderos éxodos hacia otros lugares como pueda ser la sierra, lo cual sería bueno si se hiciese por alternancia y no como es el caso, inducidos por la falta de propuestas.
Quiero romper una lanza por aquellos que tratan de arrojar algo de color en esta ciudad en la que nos ha tocado vivir, colectivos de artistas, empresarios comprometidos y otras personas anónimas que no dan la batalla por perdida, que creen en otras formas de expresión cultural y que éstas pueden convivir con las más tradicionales, sirvan para todxs ellxs estas palabras como acicate para continuar y para que sepan que aunque a veces lo pueda parecer, no están solxs.
Txavo.